El 5 de julio de 1986, durante su gira por Colombia el papa Juan Pablo II llegó al aeropuerto Olaya Herrera de Medellín, convirtiéndose en un evento relevante para la ciudad al ser el primer pontífice en arribar a la capital antioqueña.
Durante su estadía en la ciudad realizó una misa en el aeropuerto para ordenar sacerdotales y se encontró con habitantes de la ciudad en el estadio Atanasio Girardot. En su honor se bautizó el parque acuático ubicado al lado del aeropuerto Olaya Herrera.
Como dato curioso se destaca su corta aparición (durante su estadía en Bogotá) en la coproducción de cine colombo- mexicana “El niño y el Papa” del director Rodrigo Castaño (estreno 1987) que contó con las actuaciones protagónicas de Verónica Castro, Andrés García, el niño Christopher Lago y la cantante colombiana Carmenza Duque.
Su acercamiento a la fe inicia durante la segunda guerra mundial con su labor heroica acompañando curas católicos en los campos de concentración nazi. En 1946 se ordena como sacerdote, 32 años después “Los cardenales reunidos en Cónclave le eligieron Papa el 16 de octubre de 1978. Tomó el nombre de Juan Pablo II y el 22 de octubre comenzó solemnemente su ministerio petrino como 263 sucesor del Apóstol Pedro”. (El Vaticano, 2005).
Su pontificado se caracterizó por la Teología de la Liberación, encíclicas como la Redemptoris hominis (1979) y la Dives in misericordia (1980). Se destaca como el Papa que más viajó durante la historia, además de ser políglota (hablaba 13 idiomas) y especialmente por promover una apertura cristiana al mundo del siglo XX. Pese a recibir un atentado el 13 de mayo de 1981 y un segundo atentado (fallido) en 1982 en Portugal, el pontífice continuó de manera insaciable con su labor evangelizadora fomentando la idea de santidad en el mundo de hoy, con numerosas canonizaciones y beatificaciones: celebró 147 ceremonias de beatificación en las que proclamó 1338 beatos y 51 canonizaciones, con un total de 482 santos. Luego de su muerte en la ciudad del Vaticano en 2005, fue beatificado el 1 de mayo de 2005 por Benedicto XVI.
Fuente: guion museológico patrimonial Airplan.